Tras años de una fuerte competencia en donde el popular gordinflón de vestimentas rojas parece haber tomado una ventaja indescontable en el cariño popular, los Sabios de Oriente hacen explosivas declaraciones. Los intereses económicos, sociales y geopolíticos que esconden el candoroso mundo del regalo infantil. Un informe crudo y sin concesiones como solo MUERTA podía conseguir.
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Finalmente estalló el escándalo. Tras años de una aparente convivencia en buenos términos, los Reyes Magos denuncian mediante un comunicado la existencia de una “campaña sucia” en su contra por parte de Papá Noel. En un lenguaje llano y con una fuerte carga de denuncia, Melchor, Gaspar y Baltasar acusan a Santa Claus de operar en su contra, con especial predilección en los países de tradición católica, como Latinoamérica.
“Siempre existió como un correlato de la “guerra fría” entre el Gordo y nosotros”-nos comenta Gaspar en una entrevista telefónica-“con mis socios nos centrábamos en los países católicos y de ritos orientales, donde éramos, por decirlo así, casi unos rockstars: la gente siempre nos trató muy bien, nuestros camellos hacían los últimos repartos de mala gana porque habían comido a reventar en todas las visitas previas y más de uno de nosotros ha vuelto copeteado con las atenciones que nos dejaban los padres por traerle regalos a los niños. Mientras tanto, el Gordo repartía por los países anglosajones y eventualmente, nosotros hasta le repartíamos las cosas que no entregó aprovechando que somos tres y pasamos diez días más tarde”.
La relación, distante pero relativamente amable, parece haber cambiado en los últimos años. De acuerdo a la expresado por el trío de Reyes, Papá Noel inició una agresiva campaña de marketing para ganar mercado. Así mismo, manipula a la opinión pública (especialmente a los niños) aprovechando el calendario. “Nosotros llegamos en Enero y él en Diciembre, pero la gente percibe que él siempre viene antes” -se queja Melchor amargamente-“por lo que los chicos le piden siempre los mejores regalos y atrás nosotros terminamos repartiendo baratijas”. Melchor también explica que el mezquino mundo moderno también les juega en contra: “Claus deja el trineo afuera, deja los regalos y se va. Nosotros entramos con los camellos, hay que invertir en pasto y agua para los bichos, alguno deja algo para nosotros, los padres dicen que generamos gastos”.
Con todas las de ganar en el apetecible mercado infantil, las grandes empresas han apostado fuerte a la imagen de Papá Noel, quien no se cansa de repartir costosas consolas de juegos, muñecas barbies y juegos, indumentaria y juguetes de poderosas multinacionales como Mattel, EA Sports, Apple, Nike y Microsoft. Asi mismo, su preponderancia en el mercado anglosajón le ha brindado un jugoso contrato como imagen global de Coca – Cola. Mientras tanto, los magos tercermundistas ven mermar sus stocks y apilando en sus depósitos gran cantidad de juguetes obsoletos. “Afortunadamente, aún recibimos pedidos de Playmobil, pelotas, muñecas y metegoles” nos dice el simpático negro Baltasar, en un dificultoso castellano.
La política también ha metido la cuchara en este escándalo. De acuerdo al “paper” emitido por los Magos, el barbiblanco del traje rojo también ha hecho de las suyas: la administración Bush les ha denegado la visa, argumentando su procedencia oriental y los rumores, nunca confirmados de ser originalmente, sabios astrónomos del rito zoroastriano. Como es bien conocido, esta religión es originaria de la antigua Persia, la actual Irán, por lo que han sido rápidamente tildados como “terroristas” y “embajadores del Eje del Mal”. Así mismo, en distintos países de Europa han recibido un recibimiento hostil: en Alemania han sido tildados de “turcos de mierda” y en Francia han sido perseguidos por la policía como hacen con cualquier musulmán o negro que ande por sus suburbios. Los tres Sabios de Oriente denuncian que esta información ha sido difundida ex profeso por Papá Noel, como parte de su campaña de difamación.
Los Tres Sabios de Oriente terminan su alegato denunciando, no sin fundamento, que este señor no es más que un emisario del poder norteamericano y trabaja codo a codo con este gobierno y grandes capitales de dicho país para imponer un claro mensaje globalizador. Finalmente, recuerdan que utiliza distintas identidades (Papá Noel, Santa Claus, San Nicolás) de acuerdo a las necesidades del mercado, lo cual hace pensar que tras ello se oculta una cuarta y real identidad, colaboradora de la CIA o el FBI.
La pelea continúa y ellos esperan ganarla. MUERTA, siempre con las causas justas, no dudará en apoyarlos.
“Siempre existió como un correlato de la “guerra fría” entre el Gordo y nosotros”-nos comenta Gaspar en una entrevista telefónica-“con mis socios nos centrábamos en los países católicos y de ritos orientales, donde éramos, por decirlo así, casi unos rockstars: la gente siempre nos trató muy bien, nuestros camellos hacían los últimos repartos de mala gana porque habían comido a reventar en todas las visitas previas y más de uno de nosotros ha vuelto copeteado con las atenciones que nos dejaban los padres por traerle regalos a los niños. Mientras tanto, el Gordo repartía por los países anglosajones y eventualmente, nosotros hasta le repartíamos las cosas que no entregó aprovechando que somos tres y pasamos diez días más tarde”.
La relación, distante pero relativamente amable, parece haber cambiado en los últimos años. De acuerdo a la expresado por el trío de Reyes, Papá Noel inició una agresiva campaña de marketing para ganar mercado. Así mismo, manipula a la opinión pública (especialmente a los niños) aprovechando el calendario. “Nosotros llegamos en Enero y él en Diciembre, pero la gente percibe que él siempre viene antes” -se queja Melchor amargamente-“por lo que los chicos le piden siempre los mejores regalos y atrás nosotros terminamos repartiendo baratijas”. Melchor también explica que el mezquino mundo moderno también les juega en contra: “Claus deja el trineo afuera, deja los regalos y se va. Nosotros entramos con los camellos, hay que invertir en pasto y agua para los bichos, alguno deja algo para nosotros, los padres dicen que generamos gastos”.
Con todas las de ganar en el apetecible mercado infantil, las grandes empresas han apostado fuerte a la imagen de Papá Noel, quien no se cansa de repartir costosas consolas de juegos, muñecas barbies y juegos, indumentaria y juguetes de poderosas multinacionales como Mattel, EA Sports, Apple, Nike y Microsoft. Asi mismo, su preponderancia en el mercado anglosajón le ha brindado un jugoso contrato como imagen global de Coca – Cola. Mientras tanto, los magos tercermundistas ven mermar sus stocks y apilando en sus depósitos gran cantidad de juguetes obsoletos. “Afortunadamente, aún recibimos pedidos de Playmobil, pelotas, muñecas y metegoles” nos dice el simpático negro Baltasar, en un dificultoso castellano.
La política también ha metido la cuchara en este escándalo. De acuerdo al “paper” emitido por los Magos, el barbiblanco del traje rojo también ha hecho de las suyas: la administración Bush les ha denegado la visa, argumentando su procedencia oriental y los rumores, nunca confirmados de ser originalmente, sabios astrónomos del rito zoroastriano. Como es bien conocido, esta religión es originaria de la antigua Persia, la actual Irán, por lo que han sido rápidamente tildados como “terroristas” y “embajadores del Eje del Mal”. Así mismo, en distintos países de Europa han recibido un recibimiento hostil: en Alemania han sido tildados de “turcos de mierda” y en Francia han sido perseguidos por la policía como hacen con cualquier musulmán o negro que ande por sus suburbios. Los tres Sabios de Oriente denuncian que esta información ha sido difundida ex profeso por Papá Noel, como parte de su campaña de difamación.
Los Tres Sabios de Oriente terminan su alegato denunciando, no sin fundamento, que este señor no es más que un emisario del poder norteamericano y trabaja codo a codo con este gobierno y grandes capitales de dicho país para imponer un claro mensaje globalizador. Finalmente, recuerdan que utiliza distintas identidades (Papá Noel, Santa Claus, San Nicolás) de acuerdo a las necesidades del mercado, lo cual hace pensar que tras ello se oculta una cuarta y real identidad, colaboradora de la CIA o el FBI.
La pelea continúa y ellos esperan ganarla. MUERTA, siempre con las causas justas, no dudará en apoyarlos.