En una entrevista
exclusiva, MUERTA dialoga con Gogó André de Bergerac, también conocido como “el
último guerrillero romántico europeo” o por su afamado mote de guerra de
“Teniente Mangrullo”, de la manera que solo nuestra revista podía conseguir.
Montecarlo:
sinónimo de millones, lujo y sofisticación es el escenario de nuestra nueva
entrevista. Estamos es un palacete de clásicas líneas francesas coronado por un
original de Picasso sobre la humeante chimenea de esta aún fresca primavera
europea. Nos recibe el antiguo líder del MLM (Movimiento de Liberación
Monegasco), Gogó André de Bergerac, quienes tras una histórica lucha de más de
30 años, anunció la disolución del grupo guerrillero para la tranquilidad de
los habitantes monegascos, incrédulos de sufrir un movimiento guerrillero en su
minúsculo territorio. Con exquisito confit de pato, terrina de campo y un buen vino bordeaux de por medio,
iniciamos el diálogo.
-Si bien hacía algunos años que no estaban
realizando algún tipo de actividad, cuéntenos Gogó: finalmente, cuales fueron
las razones que motivan la disolución de la lucha contra el Principado?
-Principalmente
influyó la muerte de Rainiero, con quien teníamos profundas diferencias y era
un verdadero tirano. Ha habido gestos de apertura por parte del Príncipe
Alberto que resultaron importantes para distender nuestra intransigencia. Por
otra parte, Montecarlo es un lugar chico donde nos conocemos todos y la presión
de los vecinos para que me deje de romper las pelotas era muy grande.
-No entiendo a qué se refiere con la presión
del vecindario, es asombroso que sin tareas de inteligencia todo un comando
guerrillero fuera ubicado por la sociedad civil.
-Bueno, en realidad
los miembros de nuestra organización, al igual que yo mismo, nunca pasamos a la
clandestinidad. Siempre vivimos en
nuestros hogares y podrá entender que así la reivindicación revolucionaria se
vuelve un poco más difícil.
-Suena increíble para los miembros de una
organización armada que quiere ir contra el orden constituido de un país.
-Bueno, nosotros
éramos una organización armada, pero nuestra absoluta inutilidad para el manejo
de armas y explosivos siempre limitó nuestras posibilidades. Con los demás
miembros del Movimiento quisimos delegar nuestra tarea en la mayordomía y el personal
de servicio, pero en todos los casos se negaron rotundamente y tuvimos que
limitarnos a otras acciones. La verdad, es que el personal de servicio viene
cada vez peor y con mayores exigencias…¡si lo viera Archibald, el fiel mayordomo de mi padre, se
revolcaría en su tumba!
-Díganos entonces, ¿como se las ingenió el
grupo para desestabilizar a la Corona?
-Iniciamos todo tipo
de acciones de desgaste psicológico: por ejemplo, hicimos correr los rumores en
la prensa del chusmerío europeo que Rainiero mandó matar a la Princesa Grace,
que Carolina y Estefanía eran dos trolas de temer y que a Alberto le gustaba devorar carne por
popa ¿Qué le parece?
-…
También fue memorable
nuestra panfleteada de Mayo de 1984. Lamentablemente
coincidió con el Gran Premio de Fórmula 1 y entre el temporal que volvió
ilegibles nuestros panfletos y el interés que despertó la carrera de Ayrton
Senna con el Toleman, nadie nos dió pelota.
-Pese al fracaso, usted recuerda perfectamente
esa panfleteada…¿qué denunciaba?
-Ni más ni menos daba
los nombres de todos aquellos ciudadanos que basaban sus fortunas en
actividades ilegales. Imagínese el impacto que esto tenía, pero terminó siendo
un revés muy duro para nuestro movimiento.
-Entiendo, el nulo interés de la ciudadanía le
sacó sustento a la movida y les jugó en contra.
-No, el problema fue
que varios de nuestros miembros estaban en la lista y abandonaron la
organización. Fue así que entonces de la cantidad original de integrantes, nos
vimos reducidos a solo tres personas.
-Me deja sin palabras. Pero mejor, díganos
acerca del origen de la organización ¿Qué los motivó a enfrentarse al
Principado?
-Mire, resulta que se
organizó un campeonato de truco, juego bastante bárbaro originario de las
pampas, a lo cual yo ya me venía oponiendo. Sin embargo, como iban varios
amigos, terminé aceptando. Rainiero resultó ser un verdadero zorro en este
juego y siempre que ganaba era un tipo muy cargoso y gozador. Estaba pasado de
copas y se puso directamente insoportable con nueve de los que habíamos
perdido, allí tomamos esta decisión.
-Una cuestión de principios entonces ¿qué los
lleva a decir que Rainiero era un tirano?
-Bueno, luego de esto
le hicimos nuestro primer acto vandálico y le llenamos de mierda el tapizado
del Rolls Royce. Rainiero tomó represalias y, por ejemplo, nos prohibió la
entrada al Casino y al gran baile del Principado, excelentes oportunidades para
conocer gente y hacer jugosos negocios y por que no, negociados. Su actitud
intransigente nos obligaba a ir a Cannes para jugar alguna fichita, a viajar
para cerrar tratos e inclusive uno de nuestros miembros tuvo que ponerse a
trabajar…¡inaceptable!
-La muerte de Rainiero entonces, distendió la
situación.
-Así es, sin contar
que al ser solo tres miembros activos y con uno laburando y los otros en
constantes viajes de negocios y que ya estamos grandes para estas pavadas, la actividad se vió bastante restringida.
Finalmente, tras más de 30 años de lucha, nos llegan versiones firmes que
Albertito va a levantar esta absurda prohibición, por lo cual no tiene sentido
continuar la lucha.
La serena mirada de Gogó mientras enciende un
habano Partagás (una lejana reminiscencia de fotos del “Che” Guevara), nos da a
entender la satisfacción de la reivindicación de su lucha. EL último
guerrillero romántico europeo, apoltronado en su sillón llama al mayordomo para
invitar a retirarnos, agradeciendo que contemos su historia. En el apretón de
manos, MUERTA se retira con una última pregunta.
-Para levantar la prohibición hace falta
oficializar esto, ¿verdad?
-Así es. Estamos
esperando que Alberto nos convoque a una mesa de diálogo, aunque por lo que
tengo entendido (nos dice riendo y guiñando pícaramente un ojo) tiene varias
multilaterales con varios muchachos musculosos, je je.
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